miércoles, 30 de septiembre de 2009

Nuevos espacios sobre viejas arquitecturas






En un pueblo costero catalán, en una calle con viviendas protegidas el cliente y amigo me sugiere la posibilidad de reformar una vivienda existente del siglo XVII para transformarla en un lugar de trabajo y encuentro con amigos en un marco familiar.

Se plantearon límites por parte de la administración por que la fachada no debía ser alterada, ya que existen unas pocas en su estado original, pero por dentro libertad total de modificación.

Después de una primera inspección creíamos poder salvar algunos forjados de madera, pero al replantear alturas y ver el estado de las maderas decidimos vaciar el edificio y partir de cero, para obtener alturas funcionales, ya que la planta baja tenía una altura de solo 1,90m.
La idea del proyecto se centra en la continuidad espacial de las plantas públicas.
La planta baja y el altillo forman una unidad espacial, retirando este último de las fachadas unos tres metros, se logran dobles alturas sobre la Planta Baja.

La calle de pueblo, el recibidor, la cocina-comedor y la terraza-patio posterior forman un único espacio continuo. En verano la doble puerta de acceso abierta y el gran ventanal que separa el patio acristalado son las únicas barreras que delimitan los ambientes.
En la planta del primer piso se distribuyen dos dormitorios, uno doble matrimonial en suite y otro doble en suite en la parte posterior.
En la planta bajo cubierta se ha pensado el espacio de trabajo, sin divisiones igual que la planta baja.

En toda la vivienda se ha recuperado la piedra oculta en las medianeras y se trabaja con madera, albañilería tradicional en la tabiquería y madera en escaleras combinada con hierro barnizado.
El resultado estético combina materiales nobles con mucha luz. El resultado funcional, tal como se ha pensado lo disfrutan los amigos que pasan y se quedan en la "plaza", que no es otra cosa mas que la Cocina-comedor en el corazón de la vivienda.

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