El 21 de Junio fue el día Mundial de la Música y el Palau
nos abrió sus puertas para disfrutar de todo el esplendor de esta Arquitectura concebida para alimentar los sentidos.
El Palau
de la Música Catalana fue diseñado y construido entre 1905 y 1908 por el arquitecto Lluís
Domènech i Montaner como sede del Orfeó Català, financiado
con los fondos procedentes de la suscripción popular. Es
la única Sala de Conciertos Modernista que ha sido declarada Patrimonio Mundial
por la Unesco en el año 1997.
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Vista desde el lateral del escenario. |
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La belleza de la Sala de Conciertos |
Es
emocionante recorrer sus pasillos, pasear entre las butacas rojas, mirar sus
cristaleras modernistas, disfrutar de sus luces, de cada detalle único, que más
que diseñado, parece soñado por alguien con mucha imaginación.
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Desde la Platea |
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Detalle del Lucernario |
Una
sala mística y paradójica, que se encuentra repleta de figuras como las musas
que rodean el escenario, las Valquirias de Wagner que surgen del techo, un
busto de Anselm Clavé a un lado y uno de Beethoven al otro, y cientos de
elementos de la naturaleza, como flores, palmeras, frutos, jarrones y vitrinas
llenas de joyas.
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Un concierto, obsequio en el día de la Música. |
Es
como estar en un bosque donde las hadas se aparecen en el escenario cantando un
aria, entonando un solo o acariciando con su voz los rincones de la sala. El lucernario
central que representa el sol, preside este increíble paisaje modernista.
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El sol en medio de la Sala de Conciertos |
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El bosque Modernista |
Un regalo para el alma, un regalo para todos los sentidos
este viaje por el interior del Palau de la Música.
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